editorialAgua, comida, sed, hambre. Cuatro palabras muy sencillas y muy claras. Seguramente son unas de las palabras que antes aprendemos cuando nacemos incluso antes de aprender a hablar ya somos capaces de transmitirlas a nuestros progenitores mediante el llanto. Sin ellas no hay vida. Sin ellas no hay nada. De que nos sirve mandar cohetes al espacio, hacer ordenadores muy potentes o descubrir la cura a muchos males si no somos capaces de dar lo primordial a la humanidad; agua, comida. Miles de personas sufren y/o mueren a diario por la falta de estas dos palabras y no sólo a muchos kilómetros de distancia, también sucede a nuestro alrededor. Por eso noticias como la del hongo que podría erradicar el hambre, son las que nos dan esperanzas que mientras haya personas que usan los grandes avances científicos y tecnológicos de la humanidad para lograr paliar este mal endémico no todo está perdido. Quizás algún día podamos llegar a borrar del diccionario palabras como sed o hambre. Grup VIVÓ